HISTORIA RESTAURANTE

Abrir un nuevo restaurante requiere paciencia y creer en tu concepto.

Abrí mi restaurante hace sólo 2 años y medio, y una cosa que he aprendido es que tengo que mantenerme fiel a mi concepto y creer que es lo correcto.

Quería crear un pequeño restaurante especializado en comida italiana con influencias mediterráneas, que ofreciera no sólo una comida, sino una experiencia para disfrutar del buen vino, la conversación y la compañía de los demás, en un ambiente relajado y agradable. Ser social juega un papel muy importante en la experiencia de salir a cenar y por eso nos centramos en crear una velada y una comida que sea pura indulgencia y disfrute.

La gente llega, disfruta de una botella de vino, una buena conversación y se olvida realmente de las preocupaciones del día o de la semana. Proporcionamos el ambiente que los clientes necesitan no sólo para alimentarse, sino para relajarse de verdad y pasar el tiempo sin sentirse apurados, aburridos o ansiosos.

Mi enfoque de la cocina se mantiene fiel a las técnicas culinarias tradicionales francesas para preparar una comida deliciosa. Los fundamentos que he aplicado en mi cocina me funcionan muy bien. Es una forma fiable de cocinar que me gusta, y sé que funciona para mis propósitos.

Hay una tendencia a la experimentación, a probar nuevas técnicas y sabores, y esto funciona para muchos chefs, pero yo quería volver a «lo básico» y utilizar las técnicas que me enseñaron en la escuela de cocina. Creo que todavía hay una demanda de sabores tradicionales y auténticos, y por eso he elegido la comida tradicional italiana y mediterránea.

Nuestro restaurante está situado junto a otro que lleva 20 años en el mismo lugar y el chef/propietario compartió conmigo algunas palabras de sabiduría. Dijo que tienes que creer que lo que haces es correcto y que no puedes desanimarte. Es gracioso que mis amigos, que también son cocineros, me hagan las mismas preguntas:

«¿No tienes miedo? ¿No estás nervioso?».

Yo, por supuesto, respondo: «Sí». Mientras estés nervioso, te estarás esforzando por hacerlo mejor. Una vez que te sientes demasiado cómodo, puedes volverte perezoso y asumir que ya no tienes que esforzarte tanto. Como con cualquier nueva empresa, abrir un restaurante es un trabajo muy duro. Creo que es incluso más trabajo de lo que muchos chefs creen.

Requiere mucho tiempo y es muy exigente. Empecé el restaurante en equipo con mi mujer y mi cuñado.

Esto fue en contra del consejo de que nunca hay que hacer negocios con la familia. Mi mujer se encarga del desarrollo del negocio y mi cuñado es el director general. Estamos descubriendo que nos funciona muy bien. Nos conocemos bien y sabemos lo que ocurre en la vida del otro.

Confiamos el uno en el otro y nos ayudamos mutuamente. Parece natural trabajar con gente a la que quieres y en la que confías. Nos propusimos abrir a tiempo para una temporada turística y pudimos hacerlo. Esto nos ha favorecido porque nos ha permitido atraer tanto a los turistas como a los lugareños.

Hemos visto que los lugareños vienen y vuelven con amigos. También hemos visto a personas de Nueva Inglaterra y Canadá que tienen residencias de invierno aquí y que también han sido clientes importantes.

Nos gusta ver que la gente viene y disfruta de una comida una noche, luego vuelve con un grupo de amigos otra noche y luego esos amigos vuelven con un grupo de nuevos amigos.

Incluso con la tecnología y los medios de comunicación social, sigo pensando que todo se basa en el boca a boca cuando se trata de hacer publicidad y correr la voz sobre un nuevo lugar para comer.

Hemos tenido cierto éxito ofreciendo cosas como una copa de vino o un postre de cortesía. Esto fue eficaz porque atrajo a nuevos clientes y pudimos convertirlos en clientes habituales.

Tengo la intención de seguir con los planes de negocio y de marketing actuales, confiando en mis decisiones y sin perder nunca el entusiasmo que tengo como nuevo chef/propietario, haciendo felices a mis comensales.